miércoles, 18 de marzo de 2020

El alquimista de mariposas vive en un cuarto de azotea en la Portales.

Camina y camina, con su mochila al hombro, con historias de hadas que vienen de visita si procedes conforme él te indica:


1. Acomode una capita de tierra preparada (Bolsa A) en la base de la caja de cartón reciclado (marcada C). Distribuya uniformemente las semillas de plomo (Bolsa B). Agregue otra capita de tierra azufrada (Bolsa A.1).

2. Riegue cada tercer día.

3. Una vez que sea posible observar los primeros brotes dorados se procederá a fertilizar con el siguiente preparado:

          3.1. En un frasco limpio y seco (no incluido), mezclar 30 gotas de esencia de rosas (Gotero D), 25 gotas de aceite de ajo (Gotero E) y 1 gota de lágrimas de caracol (no incluida).



Siguiendo estas instrucciones al pie de la letra, al cabo de tres o cuatro meses recibirá usted la visita de dos o veinte mariposas de colores (sujeto a la temporada, ubicación geográfica, ...) 

- ¿Un primer piso? ¿Y ahí le da el sol? ¡Uy no! es indispensable una sutil fuente de calor. Lo dudo, quizá tercero, quinto piso, ¿un balcón? - y percibo en sus palabras un dejo de desprecio -.

Hace ya seis meses que el alquimista pasó por aquí. Hoy tampoco hay mariposas. Tal vez fueron las 33 gotas de aceite de ajo (Nota: el Gotero E no viene garantizado). Él me prometió que esto no es superchería. Sí, seguro fue culpa mía. Estoy considerando seriamente mudarme a un quinto piso.