lunes, 24 de junio de 2013


A la hora programada, es decir, ninguna específica poco después del amanecer, salieron a pastar los animales. 
La puerta oxidada dejó oír un lamento antes de que se asomara el primer hocico negro que se esforzaba torpemente para abrir paso al resto del rebaño.

Finalmente, una tras otra, un grupo de borregas de variados colores comenzó a avanzar lentamente, liberándose poco a poco de la penumbra que se impregnaba en la lana sin trasquilar desde varios meses atrás. Un recorrido por el terreno delimitado por la cerca de púas confirmó la terrible suposición: el alimento tampoco había llegado esa mañana. 


Después de seguir la misma rutina, día tras día, viendo ir y venir al inclemente sol, el lento y caótico andar del rebaño desesperanzado se detuvo: cinco soles antes, el pasto y las cortezas finalmente se habían terminado. 

Repentinamente (y si alguien lo hubiera presenciado lo describiría como un espectáculo singular), los animales se reunieron al centro de su universo (apenas definido por palos y alambres), formaron un círculo y, cuando finalmente pudieron mirarse de frente los unos a los otros, sin proferir ni siquiera un balido, un gruñido, se enfilaron al mismo tiempo hacia el bordo repleto de agua. 

Acercándose lentamente alrededor de toda su orilla, con paso sosegado pero decidido, comenzaron a sumergirse resignadamente en sus fangosas aguas para, después de tanto tiempo, al fin regresar a casa.

viernes, 7 de junio de 2013

 De Pomona a San Francisco hay 8 horas de distancia en automóvil. Entonces, mientras recorres la llanura, es posible ver las últimas luces del atardecer y las primeras del amanecer.
 
 
 
   
  

 Corte A

 
 
 
 
 
 
 
 
 
  Corte B
 
 
 
 

jueves, 6 de junio de 2013

Si la promesa no equipara al sentimiento, mejor que me lo guarde para tiempos mejores.
Para horas sin dubitaciones ni pena.

Sin reservas ni fugas.
Fugas al amanecer entre pensamientos de otra gente.

De pasados, de recuerdos fabricados.
De fantasías sádicas o presagios de muerte.
Tocando la fatiga de no alcanzar nada.

No hace falta construir eternidad

bastará con decir que no vas a devastarlo todo.