viernes, 11 de abril de 2014

La disposición particular de las nubes aquella mañana fresca de noviembre debiera haberle dado alguna pista de lo que estaba a punto de suceder. No se encuentra en ninguna posición particular, diferente a la de cualquiera con sus capacidades. El apellido pudiera proporcionarle alguna ventaja sobre los demás presentes en la sala, pero no iba a arriesgarse a quedar expuesto en medio de todos esos desconocidos. La clave siempre fue fingir indiferencia y una superioridad fundada en el silencio. La silla cruje, un poco aquí, un poco allá, carcomiendo levemente aquel halo de misterio y la atmósfera pesada con la que se ha recubierto. Pero no significa que corra peligro.



Es más de medio día y los discursos se han proclamado sin intensidad alguna, las palabras caen al suelo como moscas blancas o langostas muertas sorprendidas por la helada y el exceso de repelente en el aire. Una solución de ajo altamente concentrada es la respuesta a todos tus problemas. Se exige extrema precaución manejando ciertas concentraciones de esta preparación. Mientras que en ocasiones pudiera presentarse como un nada extravagante aliño, es posible transformarlo en un poderoso corrosivo que terminaría con el sistema digestivo en cuestión de horas. Al menos eso dice la etiqueta del empaque. 



Una única vez he experi-
mentado sus efectos, sin embargo, la reacción a nivel capilar es difícilmente comparable con las posibles secuelas observadas en mucosas. De cualquier forma, "quemadura de tercer grado" es un diagnóstico bastante revelador para mis propósitos. Entiendo que el primer objetivo de este informe se ha desviado. 


Ahora, volviendo al tema, según textos especializados, el cebo a base de Delphinium es un excelente remedio contra la otra plaga. La invasión de langostas registrada más recientemente aconteció en el desierto de Negev en Israel, pocos días antes de la Pascua, el año pasado. No es intención de esta relatoría incomodar a nadie con absurdas referencia bíblicas. No así, si se considera que las llamadas Sagradas Escrituras, más que una crónica de estilo rebuscado, es un libro sobre predicciones y premoniciones (considerando el carácter esotérico de unas revelaciones más que de otras). Esto tampoco tiene sentido en absoluto.


La disposición particular de las nubes aquella mañana fresca de noviembre debiera haberle dado alguna pista de lo que se avecinaba. En menos de cinco minutos la sala quedó cubierta de un enjambre de plecópteras. Hubo apenas unos segundos para reaccionar, para ponerse de pie y volver a caer sobre el piso recubierto con alfombra de nylon, destrozando las tazas de un café demasiado tibio, delgado y ácido. Creí que no lo suficiente para corroer la alfombra, hasta que ésta comenzó a deshacerse bajo los ahora limpios cráneos de todos los asistentes.